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Educación sexual

un término usado para describir la educación acerca de la sexualidad humana, el aparato reproductor femeninomasculino, la orientación sexual, las relaciones sexuales, el uso de anticonceptivos, el sexo seguro, la reproducción y otros aspectos de la sexualidad humana.

Las mejores fuentes de educación sexual suelen ser los padres, los programas escolares o las campañas de salud pública. Los muchachos que no reciben información adecuada de estas fuentes frecuentemente llenan ese vacío con consejos inadecuados que oyen de sus amigos y de la televisión.

Aunque la educación sexual se incluye de una u otra manera en muchas escuelas, sigue siendo un tema controversial en muchos países, sobre todo acerca de que tanto y a que edad los estudiantes deben de ser informados sobre el sexo seguro y los métodos anticonceptivos, también si se debería de incluir la educación moral sobre el tema.



Etapas en el desarrollo social y sexual de los niños

 

De 0 a 1 años

La sexualidad en un niño recién nacido, está muy vinculado a la relación con sus padres. Su vivencia a través de los cuidados y las caricias de sus progenitores. A través de ellos se crean lazos afectivos que serán necesarios para el desarrollo social y sexual de estos niños.


De 1 a 3 años y medio 

En la segunda etapa, el niño tiene un estrecho vínculo con su familia, esto hace que su pensamiento se vaya enriqueciendo. En esta etapa se oponen a las reglas que imponen sus padres, como una forma de afianzar su independencia. En esta etapa se experimentan más sensaciones de placer al controlar los esfínteres y a evacuar, con lo que empiezan a conocer su cuerpo, lo que necesitan y lo que le produce placer.


De 3 años y medio a 6 años

En la tercera etapa, se caracteriza por la exploración del mundo, tanto a nivel físico, como social, con lo que refuerzan los vínculos con su familia y amigos. Por ello, comienzan a descubrir su sexualidad y nos encontramos con el periodo de enamoramiento del padre del sexo opuesto "complejo de Edipo" y "complejo de Electra". Por otro lado se aprenden a relacionarse con otros y a ensayar sus roles sociales así como a identificar su propio sexo. Es importante que los padres no coaccionen las conductas que puedan ser del sexo opuesto.


De 6 a 9 años 

En la etapa cuarta, comienzan el crecimiento físico va equilibrándose con el desarrollo afectivo, permitiendo que surja el interés de conocer y saber sobre el mundo y sus fenómenos. De la misma manera, es fundamental el reconocimiento de las personas de su entorno hacia ellos, y como afecta esto a la concepción de su propia imagen.

El interés sexual se centra en el conocimiento del cuerpo y de los órganos sexuales. Los juegos sexuales, mixtos o entre miembros del mismo sexo, forman parte de esta etapa y son un elemento clave para la formación de la identidad sexual. Los valores de la sociedad y de la familia sobre la sexualidad influyen mucho en esta etapa.conasss


De los 10-14 años 

Las hormonas sexuales se activan en esta etapa, estas son las que determinaran los cambios físicos y psicológicos. Al principio el cuerpo sufre un crecimiento acelerado. Después surgen una serie de cambios de forma: a las chicas le crecen las caderas, los pechos, les sale vello en la pelvis y a los chicos: les cambia la voz, les crecen los genitales y les sale vello en el pubis.

Hay cambios en la apariencia pero psicológicamente aún no han madurado. Las niñas se desarrollan antes que los niños. Es la etapa de la rebeldía con los padres.


Preadolescencia 

En esta etapa se alcanza la madurez biológica, psicológica y social. En este periodo el preadolescente experimenta emociones contradictorias. Por una parte aún no ha abandonado su parte de niño, pero experimenta a su vez sensaciones propias de adulto.


Adolescencia 

En este periodo, la búsqueda de una identidad propia es la tarea central. Se crean conflictos e inseguridades. Los conflictos con los padres son numerosos, ya que suelen presionarle y empujarle a tomar decisiones según sus definiciones. Los jóvenes hacen duras críticas a la sociedad y a sus padres. Se crean amistades sólidas.

En este momento los jóvenes comienzan a establecer relaciones de pareja. Los padres deben establecer una serie normas de forma consensuada con sus hijos. A partir de ahí los jóvenes pueden tomar sus propias decisiones siempre que respeten los valores y normas de las personas.




Declaración universal de los derechos sexuales

Declaración del 13º Congreso Mundial de Sexología, 1997 Valencia, España. Revisada y aprobada por la Asamblea General de la Asociación de Sexología, Was, 26 de Agosto de 1999, en el 140º Congreso Mundial de Sexología, Hong Kong:

  1. El Derecho a la Libertad Sexual
  2. El Derecho a la Autonomía Sexual, Integridad Sexual y Seguridad del Cuerpo Sexual.
  3. El Derecho a la Privacidad Sexual.
  4. El derecho a la Equidad Sexual.
  5. El Derecho al Placer Sexual
  6. El Derecho a la Expresión Sexual Emocional.
  7. El Derecho a la Libre Asociación Sexual
  8. El Derecho a Tomar Decisiones Reproductivas, Libres y Responsables.
  9. El Derecho a la Información basada en Conocimiento Científico
  10. El Derecho a la Educación Sexual Comprensiva
  11. El Derecho a la Atención Clínica de la Salud Sexual.






Valores de la sexualidad

Podemos describir el valor sexual como una cualidad real o ideal, deseada o deseable por su bondad, cuya fuerza estimativa orienta la vida humana, desde su dimensión comunicativa y simbólica.

Así se pude afirmar que el valor sexual dinamiza el crecimiento personal. En la apropiación creativa de valores sexuales se va ensanchando el horizonte de nuestra vida como un continuo estar-dando-de-sí nuestra propia realidad personal, para bien nuestro, de quienes nos rodean y de la entera humanidad.

La estructuración –siempre pedagógica- de las categorías de valores sexuales que utilizamos para un cuestionario sobre valores sexuales de los futuros profesionales de la Educación en la Facultad de Ciencias de la Educación de Granada es la que presentamos ahora: valores sexuales corporales, intelectuales, afectivos, estéticos, individuales-liberadores, morales, sociales instrumentales e integrales.

  • Valores sexuales corporales: aquellas cualidades relacionadas con la sexualidad humana cuya fuerza o centro principal es el cuerpo como materia viva de la persona.
  • Valores sexuales intelectuales: cualidades cuya referencia central es la naturaleza racional del hombre, en cuanto contenido, proceso o resultado, en relación con la sexualidad.
  • Valores sexuales afectivos: cualidades sexuales cuyo contenido afecta a nuestras reacciones psíquicas de agrado: a los estados de emoción, sentimiento o pasión.
  • Valores sexuales estéticos: cualidades sexuales que son deseadas o deseables por su belleza en sus manifestaciones en las personas, en el arte o la naturaleza.
  • Valores sexuales individuales-liberadores: los valores sexuales individuales-liberadores son cualidades sexuales que prioritariamente refieren el aspecto singular y autónomo de la persona, así como sus consecuencias.
  • Valores sexuales morales: los valores sexuales morales se centran en la estimación ética: la bondad o maldad de las acciones sexuales en cuanto tales, atendiendo al fin o al deber.
  • Valores sexuales sociales: afectan directamente a las relaciones sexuales sociales e institucionales, en su contenido y en el procedimiento o finalidad.
  • Valores sexuales instrumentales: son aquellos que estimamos más como medios que como fines, relacionados con los beneficios que reportan en nuestro crecimiento sexual.
  • Valores sexuales integrales: se refieren principalmente a varias o a todas las dimensiones sexuales de la persona, mostrando percepciones más globales.






'Educación sexual en la familia'

En los hogares de nuestra sociedad, la mayoría de padres no hablan directamente sobre sexualidad con sus hijos o, si lo hacen, la información es limitada a la menstruación y a vagas formas de expresar expectativas sociales (''cuidaraste", "haraste hombre"). Por ejemplo, la mayoría de niñas reciben información sexual de sus madres, quienes topan principalmente el tema de la menstruación.

Desafortunadamente, esta información suele ser dada con un tono de secretismo, vergüenza, y como "algo que tenemos que soportar". Lo ideal sería que la niña concibiera la menstruación como una experiencia de "convertirse en mujer y de ser potencialmente capaz de ser madre".

Otro tema que las madres topan con sus hijas es el de las relaciones pre-matrimoniales. Este diálogo se desarrolla en un tono de "cuidaraste de los hombres" y se proyecta la idea de que "los hombres son peligrosos".

Estos mensajes no son educativos porque no hacen consciente a la mujer de su propia sexualidad, sino únicamente de la fuerza sexual masculina. Con este tipo de mensajes, se inicia en ella un proceso de desconocimiento e incapacidad de control sobre sí misma.
La mujer se quita la responsabilidad personal y se convierte en víctima de la "sexualidad masculina".

Es curioso que en la mayoría de hogares a los hijos varones no se les da ninguna o muy poca información sexual. Por lo general, el niño varón se enfrenta a su primera eyaculación sin tener idea de lo que ésta significa. El varón no pregunta por vergüenza y queda un vacío de conocimientos muy difícil de llenar. Así, el varón no recibe el mensaje de "convertirse en hombre y ser capaz de ser padre". Mensaje que le haría valorar su sexualidad, respetar su cuerpo, y seleccionar la mujer con la que lo comparte.

En nuestra sociedad, hay familias donde la educación sexual del varón consiste en que el padre le lleva a un prostíbulo para que se inicie sexualmente con una prostituta. En estas circunstancias el joven recibe el mensaje de "debes tener una experiencia sexual, no es necesario el afecto ni la relación con la persona con la que estás; lo importante es que aprendas, sin importar si amas o satisfaces a tu pareja sexualmente". Estos jóvenes aprenden que hay dos tipos de mujeres: "la mujer con la que se disfruta el sexo" y "la mujer con la que se casa y se tiene los hijos".

En otros hogares se da a los hijos varones el mensaje de "ten cuanta experiencia sexual puedas". Este mensaje es el principio que rige muchas conductas sexuales de los jóvenes en nuestra sociedad: sexualmente agresivos, muy poco selectivos en su pareja sexual, conquistadores sexuales no afectivos. Con esta educación, la relación hombre-mujer se convierte en una relación de "sometedor-sometida", "victimizador-víctima", agresor-objeto". Estamos estimulando "la guerra de los sexos" que nos llevará a romper con el concepto básico de familia.

En conclusión, en la familia se pueden aprender muchos aspectos de la sexualidad que tienen que ver con las relaciones físico-afectivas y con los papeles sexuales. Los padres, reflejan en sus hijos los papeles sexuales y los tabúes sexuales existentes en la sociedad, que no necesariamente nos van a servir para crear una relación hombre-mujer positiva.


¿Podemos los padres confiar plenamente en la educación sexual que se imparte en los colegios?


        En la escuela se aprende sobre sexualidad de manera informal (a través de los amigos) y en forma sistemática si existe un currículum que incluye el tópico "educación sexual".

Hay diversos manejos que hacen las escuelas sobre educación sexual formal. En algunos casos se enfatiza la biología sexual y no se da oportunidad de hablar sobre la sexualidad en cuanto toca nuestras vidas y nuestros destinos. No se permite el diálogo flexible sobre los valores sociales y las experiencias sexuales que importan personalmente a los niños y jóvenes. En otros casos, se ponen de relieve ciertos aspectos religiosos mal orientados que generan sentimientos de culpa en los más creyentes y sentimientos de "quemeimportismo" en los menos creyentes.

En unos casos, los estudiantes aprenden que "el cuerpo es bueno, pero lo que se experimenta con él puede ser malo" o "el cuerpo es bueno, pero no profundicemos en él y sus funciones". En otros casos, toman la cátedra los sicólogos, quienes encuentran fuertes conflictos entre lo que dice la ética religiosa y la sicología en aspectos como la masturbación, la homosexualidad, y la anticoncepción.

La mayoría de padres están de acuerdo con la educación sexual aunque tenga que topar temas conflictivos desde el punto de vista religioso y sicológico. Sin embargo, en muchos hogares, los padres no hacen un esfuerzo adicional para dialogar con sus hijos sobre los aspectos polémicos.

Una minoría de padres se oponen a la educación sexual en los colegios porque prefieren evitar el diálogo sobre temas conflictivos y no quieren verse en la situación de analizar con sus hijos los tópicos de la sexualidad que les producen fuerte ansiedad, en particular la masturbación y la homosexualidad. Probablemente, consideran que los argumentos del educador sexual pueden convencer más fácilmente a sus hijos que sus argumentos. Si esta es la razón, valdría la pena que los padres analizaran y profundizaran más en sus convicciones personales.

Los padres de familia no podemos "lavarnos las manos" y dejar toda la educación sexual al sistema educativo. Nosotros tenemos que involucrarnos personalmente, hablar con nuestros hijos sobre nuestros valores sexuales, darles el ejemplo de vida sexual que esperamos para ellos. Cualquier limitación o equivocación que exista en la educación sexual de los colegios tendrá poca importancia si nosotros estamos ahí para la verdadera guía que necesitan nuestros hijos en el momento oportuno de sus vidas.



¿Cómo podemos ayudar a crear en nuestros hijos una actitud positiva hacia la sexualidad?


        Tenemos como padres que librarnos de la actitud "sexualidad y tabú", "sexualidad y prohibición" o "sexo-malo" y, en vez, sentir profundamente la asociación "sexualidad-bueno-placer-amor- responsabilidad".

Así disminuirá la "magia" que estimula la sexualidad prohibida; disminuirá la represión inconsciente, que impide una sexualidad plena, y aumentará el sentido de control y responsabilidad personal.

La educación sexual abierta quita lo "prohibido", lo "malo" de la sexualidad. La convierte en una conducta humana natural y positiva, que necesita ser desarrollada para el bien personal y el de la sociedad. Permite a las personas reflexionar sobre todas las conductas sexuales y tomar decisiones basadas en la realidad personal y social.

Parte de la angustia de la sociedad en abrir el tema de la sexualidad como una conducta de la que se puede hablar es que, una vez que se da oportunidad de diálogo, también aparece la oportunidad de "decisión". Así, la sexualidad deja de ser una conducta que se debe "aceptar sin ninguna opción a transgredir las normas de la sociedad" y se convierte en una responsabilidad personal.

Para desmitificar los tabúes sexuales es preciso tener una actitud positiva frente a la sexualidad y aceptar que es una expresión sicológica, social y corporal natural y positiva a la que tienen derecho los niños, los jóvenes, los adultos y los viejos. "Abrir el diálogo" en realidad significa "aceptar su existencia" para lograr una completa conciencia de su fuerza, sus consecuencias, y sus potencialidades. "Abrir el diálogo" significa "entregar la responsabilidad" a cada quien, es decir al actor, a la persona misma.

"Abrir el diálogo" significa que la sexualidad de nuestros hijos no nos pertenece sino que es una expresión a la cual tienen derecho a acceder sin sentimientos de culpa, sin angustia, sin mentiras, es decir, con plena conciencia, con responsabilidad. Este es el reto que nuestra sociedad tiene que asumir, y nosotros como padres, debemos facilitar.




 


Los padres y la educación sexual de los hijos

La educación sexual es un proceso largo, de toda una vida. Siempre hay tiempo de corregir e intervenir para que el niño vaya mejorando su concepto, su conocimiento y su vivencia sobre la sexualidad. Como tantas otras tareas, esa no es la más o menos fácil para los padres.

Normalmente, se estimula el desarrollo del niño, y se está muy pendiente de su evolución cuanto al comer solos, a caminar, a que tengan buenos hábitos, etc., pero se olvida de la sexualidad.

Existe todavía demasiado cuidado, "respeto" y en muchos casos un cierto tabú en hablar del tema. Los padres están siempre lanzando elogios al pelo, a los ojitos, a los mofletes del niño, pero no hablan de sus órganos sexuales. Es bueno saber que, asumiendo o no la tarea de orientarlos, charlando o no con ellos, los padres estarán dando educación sexual.






Los padres y la sexualidad de sus hijos

Dependiendo de la actitud de los padres, los niños aprenden si el sexo es bonito o feo, correcto o incorrecto, un tema de conversación o no. Los padres son un modelo con sus actitudes, hablen o no del tema. Que el niño no pregunte no significa que no quiera saber.

Puede que simplemente no se anima a preguntar con recelo de la actitud que sus padres tendrán hacia el tema. Es que aún en muchas casas, cuando un niño pregunta algo relacionado a la sexualidad es mal interpretado como "grosero" porque lo preguntó en voz alta, "mal educado" porque lo preguntó a otra persona, "fuera de lugar" porque preguntó en la escuela, o "degenerado" porque se siente demasiado interesado y curioso en el tema.


Los padres deben tener muy claro el tipo de orientación que desean dar a sus hijos. Deben considerar que hoy día los niños están muy expuestos a todo tipo de información sobre el sexo.

En razón de eso, es necesario "vigilar" as actividades de los niños, y si es el caso, ofrecer nuevas opciones de entretenimiento, buscando programas, comprando discos y ropas que estén de acuerdo con la edad del niño, y así garantizando un mínimo de protección. Es conveniente que los niños no sobrepasen etapas. Que no abandonen los juegos infantiles por imitaciones más adultas y comportamientos similares.


La información sexual adecuada protege a tu hijo

Otra actitud que los padres no deben olvidarse es de evitar aquella vieja historia de separa los niños y niñas en grupos distintos en lo que se refiere a la sexualidad. Se debe hablar con los dos por igual, independiente del sexo que tenga.

El hecho de negar igual derecho a la información, a la formación, y al placer, harán niños pasivos, educados para a sumisión, y muy poco preparados para resolver posibles problemas en el futuro. La información adecuada a los hijos les ayudará después a enfrentarse a un posible abuso sexual, a una enfermedad, etc. En resumo, les protegerá.





¿Qué necesitan saber nuestros hijos?

La educación en sexualidad no empieza en el momento que nuestros hijos nos plantean sus dudas o cuando nosotros decidimos aprovechar cualquier circunstancia cotidiana para introducir el tema. Empieza mucho antes, en su más tierna infancia, aunque a menudo ni ellos ni nosotros seamos concientes.

Nuestras demostraciones de afecto con la pareja, nuestras reacciones ante las escenas sexuales que emiten en la televisión, nuestras conversaciones "de adultos" e incluso nuestra actitud en situaciones tan habituales como una salida familiar a la playa inciden en gran medida en la educación sexual de los chicos y chicas.


Desde que nacen, les estamos dando a nuestros hijos e hijas ciertas pautas de conducta que les influirán durante toda su vida: no es lo mismo que los críos que construyen castillos de arena en la orilla del mar lo hagan desnudos que tapados con un bañador; no crece igual el hijo o la hija de padres que censuran o se muestran incómodos al ver las chicas que toman el sol destapadas que aquellos cuyos progenitores no dan importancia a éste u otros hechos cotidianos.

Y por eso es importante que seamos conscientes que con nuestros gestos, nuestras palabras y nuestras actitudes estamos contribuyendo a su educación sexual desde su más temprana edad: hablar de sexo es sólo un paso más de este proceso.


Una de las actitudes típicas de los padres y madres que se encuentran incómodos al hablar de sexo con sus hijos es dar por sentado que, en un mundo en el que los medios de comunicación ofrecen todo tipo de información al alcance de cualquiera, ellos saben tanto o más que nosotros.

Este prejuicio desencadena en algunas familias cierto desinterés hacia la cuestión de la sexualidad y la creencia que se trata de un tema sobre el que los jóvenes deben aprender por su cuenta… y riesgo. Nunca mejor dicho, porque una educación sexual deficiente tiene grandes riesgos para los adolescentes.


La mayoría de los psicólogos especializados en sexualidad insisten en una idea básica: educar en este campo no se limita exclusivamente a informar. Hay que ir unos cuantos pasos más allá. La formación sexual que se imparte actualmente en las escuelas suele centrarse en la prevención de las ETS (enfermedades de transmisión sexual) y los embarazos no deseados.

Éstos son también los aspectos que más preocupan a los padres, como es lógica y acertado. Pero no es suficiente. Se requiere una atención más global que no se ciña a evitar el riesgo, sino a acompañarles en su proceso de desarrollo sexual y ayudarles a entender los cambios que experimentan en su cuerpo y en su mente.




Algunos errores comunes: cómo solventarlos

Son numerosas las confusiones que cometemos algunos padres en el proceso de educación sexual a causa de nuestros prejuicios, ya sea por exceso de conservadurismo o todo lo contrario, por pasarse de liberal. El modelo tradicional de educación sexual, heredado de nuestros padres, es hoy bastante inviable. Los jóvenes de hoy se rebelan ante la prohibición.

No tienen sentido las antiguas costumbres de asimilar la sexualidad a la reproducción o dar la callada por respuesta porque nuestros hijos tienen toda la información que quieren y más. Y en consecuencia, tampoco tienen cabida leyendas urbanas como las que aseguran que la educación sexual incita a la práctica coital o a pensar durante todo el día en el sexo. Hoy en día, éstas son prácticas contraproducentes que normalmente arrojan resultados opuestos a los pretendidos.


Las propuestas de actuación para el desarrollo psicosexual en el ámbito familiar se basan en una premisa fundamental que es igualmente válida para cualquier otro ámbito educacional: establecer un diálogo sincero, desde la naturalidad y los valores familiares, con el fin de favorecer un clima de confianza, seguridad y respeto.



No hay mejores consejos que los que ofrezcamos quienes más les conocemos y amamos, en especial en tiempos en que algunos medios de comunicación desinforman y el círculo de amigos íntimos es el núcleo de toma de decisiones más importante para los jóvenes.

Sexualidad y afectividad

El despertar sexual es, por encima de todo, un estado anímico que tiene que ver con la experimentación de nuevas emociones. Produce también alteraciones físicas pero fundamentalmente se trata de un cambio afectivo. Los padres debemos ser conscientes de ello, ya que que nuestra conducta cotidiana afecta al desarrollo emocional de nuestros hijos de muchas maneras. 


  • La prueba más convincente de que el vínculo de los padres es sobre todo afectivo no se puede expresar con palabras, sino que el niño la percibe cuando surgen espontáneamente demostraciones de afecto entre la pareja.
  • Es bueno explicar a un niño que "lo fueron a buscar" porque su padres se quieren, pero esta explicación no le convencerá lo más mínimo si nota que entre la pareja hay malestar, desamor, distancia afectiva o rechazo.
  • No conviene pecar de exceso de recato o desinhibición: es recomendable que la vida sexual de la pareja se circunscriba al ámbito privado de la habitación conyugal pero tampoco esconderlo de tal manera que parezca un acto pecaminoso.
  • Es muy importante en la vida de familia que cada uno tenga su espacio personal y sus ratos de intimidad: no es recomendable permitir, por ejemplo, que nuestros hijos pequeños se meta en la cama matrimonial siempre que le plazca.




Hablar de sexo

Hablar de sexo es uno de los asuntos que más ansiedad produce en la relación entre padres e hijos. Reconocer el despertar de la sexualidad en nuestros hijos y aprender a tratar el tema con naturalidad y de manera instructiva no sólo es un gran reto para los padres, sino que a menudo determina la relación de confianza que estableceremos con nuestros hijos en el futuro.

La educación sexual de nuestros hijos es una carrera de fondo (y en ocasiones, llena de obstáculos) que empieza en su más tierna infancia y que no termina hasta que ellos maduran y se convierten en personas adultas con capacidad de asumir sus responsabilidades.





Educación sexual


¿Es normal que los niños se masturben?

Dicen algunos expertos que la masturbación se presenta durante las distintas etapas y recibe diversos nombres:

  • Masturbación primera, durante el primer año de vida.
  • Masturbación segunda, entre los tres y cinco años (etapa fálica). Se presenta cuando el bebé descubre su zona erógena, la explora y experimenta placer en su toqueteo.
  • Masturbación tercera, especialmente entre los siete y los nueve años; se da en el momento del antagonismo sexual, del encierro grupal, de la experimentación en grupos.
  • Masturbación puberal.
  • Masturbación adolescente, juvenil, adulta.



a. Masturbación primera y segunda:

Son los movimientos o frotaciones rítmicas que hace el bebé para conseguir placer. La masturbación en el bebé lo introduce en el secreto que rodea el ámbito del sexo. Hay, entonces, una noción de intimidad, de soledad, de reserva que se refiere al placer sexual y que lo coloca un poco aparte del resto de las otras relaciones.

Algunas madres tienen dificultades en admitirla y reaccionan fuertemente con prohibiciones que pueden llegar a ser contraproducentes.

Las masturbaciones propias de la infancia son más de necesidad fisiológica, no se acompañan con fantasías y aparecen como algo tan imperativo como puede ser rascarse. Además, tienen un carácter eminentemente auto exploratorio, pues, permiten conocer el cuerpo, los órganos y las zonas erógenas.

Así como el niño descubrió el pie, o cualquier otra parte del cuerpo, también descubre el placer de sus órganos genitales. Dura tanto cuanto sea necesario para satisfacer la curiosidad y la necesidad de placer infantil, aunque generalmente es por poco tiempo. En ausencia de eyaculación y sin que haya secreción, las masturbaciones en el bebé o en el niño, pueden conducir al orgasmo.


Ante este tipo de masturbación los padres deberán tener en cuenta:

  • El cuidado y la higiene de los órganos del bebé; el daño que puedan sufrir, pues suelen lastimarse con frecuencia.
  • La distracción para que el niño no quede “fijado” por exceso de gratificación. La orientación hacia otros objetos se debe hacer para mostrar otras áreas, nunca por temor y menos por represión. Jamás esta orientación hacia nuevas áreas estará ligada a castigos o agresiones, pues sería muy perjudicial.



b. Masturbación tercera

La masturbación tercera, o de la niñez, está muy conectada a los juegos sexuales de los niños, que sirven para reafirmar los roles masculinos o femeninos. Muchas veces están llenos de picardía y humor; responden a la inseguridad y curiosidad de ese momento. Esta masturbación, muy ligada al grupo, es transitoria y frecuente, especialmente en los varones.

Generalmente, las niñas no presentan este tipo de masturbación, ya que la mujer no siente la genitalidad de una forma tan concreta como el hombre; al carecer de erección, no suelen referir intensamente los estímulos sexuales a la zona genital.

Aquí los padres deberán evaluar si esta masturbación está ligada a iniciaciones sexuales realizadas por adultos o adolescentes en un clima destructivo y dañino, especialmente cuando existe promiscuidad sexual. Pues en este contexto, la sexualidad se estructurará de una manera negativa.






Masturbación puberal

En la pubertad se da un rebrote de la masturbación, unida por lo general a toda la explosión hormonal del crecimiento. Se dan las circunstancias favorecedoras para híper sensibilizar las sensaciones de los órganos sexuales. Con el crecimiento de los genitales externos, aparecen las primeras poluciones nocturnas en el varón, (eyaculaciones probablemente ligadas a sueños eróticos).

El líquido que expulsa inicialmente no contiene espermatozoides, porque aún no han madurado sus glándulas internas. El equivalente en la mujer es el aumento de la lubricación vaginal donde la adolescente siente de forma clara su genitalidad.

Hasta aquí, en poco se diferencia de la masturbación infantil, la cual también puede considerarse de carácter reflejo. En cuanto a la relación entre la masturbación y la vida sexual ulterior, particularmente en la niña (prevalencia o no del placer clitoriano sobre el placer vaginal) su comprensión no pasa por la masturbación. Ya ha quedado fijado en el inconsciente durante los primeros años de la infancia.



Las características de la masturbación en esta etapa son las siguientes:

  • Es un medio de conservar un vínculo con la infancia y experimentar un sentimiento de pertenencia con respecto a sus partes genitales. Inicialmente, es auto exploratoria, de experimentación de los órganos que crecen. El púber necesita redescubrir su cuerpo, sus órganos, su esquema corporal, pues todo ha cambiado. Es por ello que se da un aumento de la frecuencia.
  • Se presenta de una manera mucho más concentrada en los órganos genitales, como una manipulación rítmica de sus partes, que conducirá a lograr eyaculaciones en el varón y secreciones vaginales en la niña.
  • Va acompañada de representaciones mentales conscientes, de fantasías o imágenes eróticas hetero u homosexuales y, generalmente, extrafamiliares.
  • Constituye un medio de asumir su cuerpo de una forma narcisista. Algunas masturbaciones a esta edad pueden tener lugar frente al espejo, siendo el objeto erótico, entonces, el mismo sujeto.
  • Puede servir como escape temporal de la tensión. Pero también puede convertirse en fácil reemplazo del esfuerzo y la exploración; de la posibilidad de interactuar con otras personas; un consuelo demasiado rápido para la decepción y la derrota.




¿Cuál debe ser el papel de los padres?

  • Tratar de hablar de esto antes de la adolescencia, durante el período llamado de latencia. Es preciso aquí iniciar al niño en las nociones de deseo y de placer; de la relación entre sexo y amor; del papel que desempeña el sexo en la procreación.
  • Si el adolescente es sorprendido masturbándose, no se debe manifestar en el momento actitudes represivas. Hay que encontrar después (aunque no mucho después), un tiempo para dialogar. No hay nada más culpabilizador que el silencio. Es necesario poder encontrar un tono apropiado, que no caiga ni en la represión, ni en la complacencia.
  • Iniciar a los hijos en el concepto de autocontrol de los impulsos, y en especial los impulsos sexuales.




Masturbación patológica

En realidad, a los padres no les debería preocupar las masturbaciones del adolescente, especialmente durante el período de la pubertad, por ser un fenómeno natural, que forma parte del proceso de evolución tanto síquica como física, y en general de la explosión hormonal de esa etapa. De la actitud represiva y poco comprensiva que puedan tener los padres se derivan muchos de los problemas que convierten al fenómeno de la masturbación en un problema ya de tipo patológico.

Pero sí deberían inquietarse por aquellas masturbaciones que perduran más allá de los primeros períodos de la pubertad y donde el púber o adolescente queda encerrado en sí mismo, lleno de temor para abandonar su casa, para salir de sí. Aquellas masturbaciones que son compulsivas, irreprimibles, bastante frecuentes y eventualmente explícitas, e incluso hasta provocadoras y exhibicionistas.



Una masturbación de este tipo es apenas el síntoma de problemas más complejos y puede cumplir múltiples funciones:

  • Apacigua la soledad y el asilamiento; es fórmula de sustitución para otras gratificaciones que el joven no obtiene; produce descarga de tensiones o conflictos.
  • Es un intento de evasión del mundo circundante, estimado como negativo.
  • Es síntoma de auto encierro y de ensimismamiento.
  • Es síntoma de estancamiento. Incluso produce una sensación de regresión e infantilismo. De temor a crecer, de abrirse a la comunidad adolescente, a los grupos, a la pareja o la relación
  • heterosexual.



Imposibilidad de dar el salto a la alteridad sexual, por diversos motivos:

  • Porque no se ha logrado la identidad sexual y, por lo tanto, tampoco ha logrado desarrollar un adecuado amor a sí mismo.
  • Porque ese amor a sí mismo se ha dado en forma distorsionada, es decir egocéntrico.
  • Porque, si bien se da la identidad sexual, ésta no está acompañada de madurez afectiva y del compromiso consiguiente.

Pero, ¿qué deben hacer los padres ante esta problemática?

  • Nunca condenar y menos vincular la masturbación con culpas, temores o males físicos o psicológicos.
  • Proporcionar ayuda y comprensión.
  • Establecer una relación de confianza donde el joven pueda explicar o aclarar su dificultad.
  • En situaciones más conflictivas es necesario buscar el apoyo de profesionales para que ayuden al adolescente y su familia.




Como hablarlo con nuestros hijos


Mamá ¿qué significa hacer el amor?. ¿Cómo ha entrado el bebé en el estómago de Beatriz, se lo ha comido? De repente los hijos comienzan a preguntar sobre sexo y los padres quedan petrificados porque los cogen desprevenidos. Los niños son curiosos por naturaleza y cada vez más precoces. Pero en este tema no se les puede dejar que tomen la delantera: hay que comenzar la educación sexual antes de que se enteren por otros medios. De esta forma se evita que les quede una impresión equivocada de lo que es el sexo.

Para ayudar a los padres en la nunca fácil educación sexual, se ha planteado en este reportaje una serie de preguntas que se suelen hacer los niños a distintas edades; las respuestas son una orientación, ya que existen muy diversas formas de contestarlas, según estilo de cada familia.



De 3 a 4 años

Mamá, ¿por qué las niñas no tienen pene?
Tanto si los niños preguntan como si no lo hacen, el baño puede ser un momento ideal para que las madres les expliquen que ese es precisamente el detalle en que se diferencia un niño de una niña. A esa edad no podemos esgrimir razones morales que ellos no comprenden; simplemente podemos decirles que tocarse el pene es antihigiénico, así como lo es meterse el dedo en la nariz y que, además, puede ocasionar irritaciones.

 

De 5 a 7 años 

¿Por qué estás tan gorda, mamá?
La llegada de un nuevo hermano suele ser el momento en que se plantea esta pregunta. La respuesta fácil: “Como ya te expliqué en una ocasión, la semilla que está en la barriga de mamá es un bebé en miniatura que va creciendo y alimentándose dentro de ella, hasta que a los 9 meses ya está formado. Entonces, mamá va a la clínica, donde un médico y las enfermeras ayudan para que nazca el bebé, pronto y bien. También a ti te llevé dentro de mí y por eso las madres quieren tanto a sus hijos”. (Esto les encanta).

Por dónde sale el hermanito?
Esta pregunta casi nunca falla y la mayoría de los niños tienen la idea de que el médico ha de abrir la tripa de la madre para sacar al niño. Hay que explicarles que el niño sale por un agujero que tiene las mujeres, que se abre y se dilata para permitir el nacimiento y luego vuelve a su tamaño normal.

 

De 8 a 10 años

¿Y por dónde ha entrado la hermanita, te la has comido?
Es la pregunta siguiente, aunque no todos los niños lo plantean ni tan pronto ni tan expresivamente. Es el momento de explicar el papel del padre: el agujero por donde sale el niño sirve también para que el padre siembre ahí su semilla (espermatozoide) que se une a la de la madre (óvulo) y da lugar a una nueva vida, en la que Dios infunde el alma.


¿Si te quieren mucho y te dan muchos besos tienes un hijo?
Es lo que suelen creer la mayoría de los niños, que a veces ven escenas en televisión de parejas besándose y abrazándose y ¡zas! En el siguiente plano, nace el bebé.

Ha llegado el momento de explicarles, de una forma sencilla y sin entrar en detalles, en qué consiste el acto sexual: que el hombre y la mujer han sido creados, de forma que, cuando se quieren mucho, además de besarse y abrazarse, pueden unir más estrechamente sus cuerpos para expresar su amor, y posiblemente, engendrar una nueva vida. Conviene comentarles que este acto es lo que llamamos hacer el amor, y que produce un placer especial, que es algo bueno y bonito, siempre que se use adecuadamente.


¿Pero cómo va a tener un bebé si no está casada?
Los niños suelen pensar que, naturalmente, no se pueden tener hijos sin estar casados. Tendrá que contarles que cualquier hombre y mujer, si realizan el acto sexual, pueden engendrar un hijo. Pero que lo natural y lo que Dios ha dispuesto es que los niños nazcan -tiene derecho a ello- en una familia unida. También se les puede aclarar que el sexo es algo noble y bueno, siempre que se utilice con el fin que ha sido creado, dentro del matrimonio.



Papá, ¿qué es un marica?
En este caso hay que contarles que existen desviaciones sexuales que hacen que los hombres se sientan atraídos por estos hombres, contrariamente a lo que la naturaleza ha dispuesto. Asimismo, es recomendable que sepan que la homosexualidad también se da entre las mujeres.


¿Por qué no pueden casarse dos hombres o dos mujeres?
Con una aclaración sencilla, se desvanecerán sus dudas, pues suelen tener una imagen muy natural de la familia. Habrá que recordarles cómo la mujer guarda en su vientre durante 9 meses al futuro hijo, en una bolsa llamada matriz, y que va creciendo hasta nacer. Si no hay madre, no puede haber hijos. Y sin el semen del padre, tampoco. Tiene que haber un hombre y una mujer.





De 10 a 12 años

¿Qué me está pasando?

Antes de la pubertad, 10-12 años en las niñas y 12-14 en los chicos, hay que explicarles a los hijos los cambios que van a sufrir sus cuerpos y los impulsos que van a sentir, así como la forma de encauzarlos. Por un un lado, evitaremos que los chicos se asusten o se sorprendan y, por otro lado, al no estar aún despierto el instinto sexual, no les dará ninguna vergüenza ni turbación hablar de estos temas.


¿Por qué me viene la regla todos los meses?
Hacia los 10 ó 12 el cuerpo de las chicas experimenta transformaciones importantes: toda su naturaleza se prepara para ser un día madres. Se redondean las formas, crece el pecho y surge el vello en las axilas y el pubis. Pero el principal acontecimiento es la primera menstruación o regla.

¿Por qué se produce? “Porque en nuestro vientre puede contestarle maduran todos los meses unos huevecitos diminutos que se llaman óvulos. Cuando un óvulo se une a un espermatozoide, surge el embrión humano, una nueva vida que comienza a desarrollarse durante 9 meses, hasta el momento del nacimiento. Pero si el óvulo no ha sido fecundado, se descompone y se expulsa todos los meses, originando esa pequeña hemorragia. Esto no significa que esté enferma, sino que ha llegado a la madurez sexual y, un día, podrá ser madre.



¿Por qué tengo eyaculaciones nocturnas?

Es normal y no debe asustarse ni preocuparse. Cuando llega la pubertad paso de niño a adulto los cuerpos de los chicos también sufren cambios importantes: el clásico estirón, aparición del vello en cara, pubis, axilas y cambio de voz. Y, sobre todo, el desarrollo y primera actividad de los órganos genitales que producen un líquido llamado semen (semilla).

Algunas veces se derrama el semen durante el sueño, de una forma natural, con una sensación de placer. Es un hecho fisiológico; se mancha la pijama y las sábanas, pero las personas mayores lo saben y no tiene nada de particular; se cambia la ropa y ya está.




¿A veces de repente, me siento excitado ¿qué puedo hacer?

También es normal durante la pubertad sentir excitación sexual y a veces es muy molesto. No hay que asustarse, pero sí intentar dominar estos instintos, controlando los pensamientos y la imaginación. Pues, como bien sabes, los animales no tienen inteligencia y deben obedecer ciegamente a sus instintos; pero, los hombres poseen la voluntad y la razón que les ayuda a poner en orden sus tendencias. Además, los seres humanos disponen de recursos naturales además de espirituales como llevar una vida activa, tener ocupado el tiempo en actividades deportivas, culturales y profesionales.


¿Qué significa ser virgen?
Hay que explicarles que con esta palabra se designa a las personas, generalmente solteras, que aún no han tenido contacto sexual con ningún hombre o mujer. Asimismo, conviene que sepan que, a veces, la virginidad puede ser voluntaria durante toda la vida por razones de vocación religiosa: hay hombres y mujeres que deciden no tener ninguna relación sexual para dedicar su tiempo y su energía íntegramente a Dios.







De 12 a 13 años

¿Por qué no me debo masturbar?
El sexo ha sido creado para un fin concreto y maravilloso, como es el amor entre marido y mujer, y el engendrar nuevas vidas. Utilizarlo de forma egoísta, únicamente para satisfacer el propio placer, es antinatural y no conduce a la felicidad; es más, produce un daño importante impidiendo una adecuada maduración sexual y afectiva. La medicina ha demostrado, además, que no existe una razón física ni en las chicas ni en los chicos (el semen se expulsa de forma natural a través de la orina o las poluciones nocturnas) para practicar la masturbación.


¿Estoy obsesionado con el sexo ¿Qué puedo hacer?
Hoy esto es muy normal, pues la permisividad sexual flota en el ambiente. “En primer lugar hay que desterrar de la cabeza que toda resistencia es inútil porque para eso tenemos voluntad”. Como decía P. Chauchard, “el principal órgano sexual del hombre es su cerebro”.

Ya se ha dicho antes, que es muy convincente practicar deporte, el juego y la educación física los cuales nos enseñan un progresivo control voluntario. Asimismo, es importante evitar las situaciones que puedan llevar a un uso incorrecto del sexo: por ejemplo la bebida y los afrodisíacos síquicos, como son la pornografía y el erotismo en sus más variadas formas: vídeos, películas, revistas, etc.


¿Es malo hacer el amor sin estar casado (relaciones prematrimoniales)?
Como ya se ha comentado, usar el sexo inadecuadamente, no con el fin para que ha sido creado, perjudica a quienes los practican, además de no producir la felicidad, sino únicamente un placer estéril y egoísta.

¿Por qué no puedo hacerlo con mi novio si lo quiero? La respuesta no es difícil si se piensa en el significado profundo de las relaciones sexuales: éstas representan la entrega mutua que en un determinado momento, hombre y mujer, hacen de toda su persona. Así que, por propia naturaleza, estas relaciones se sitúan al final del proceso evolutivo del amor, es decir, en el matrimonio. Para que unas relaciones sexuales sean constructivas, deben desarrollarse en el contexto de una vida de pareja estable, definitivamente comprometida y capaz de aceptar los hijos que puedan llegar.


¿A veces de repente, me siento excitado ¿qué puedo hacer?
También es normal durante la pubertad sentir excitación sexual y a veces es muy molesto. No hay que asustarse, pero sí intentar dominar estos instintos, controlando los pensamientos y la imaginación. Pues, como bien sabes, los animales no tienen inteligencia y deben obedecer ciegamente a sus instintos; pero, los hombres poseen la voluntad y la razón que les ayuda a poner en orden sus tendencias. Además, los seres humanos disponen de recursos naturales -además de espirituales- como llevar una vida activa, tener ocupado el tiempo en actividades deportivas, culturales y profesionales.

¿Qué significa ser virgen?
Hay que explicarles que con esta palabra se designa a las personas, generalmente solteras, que aún no han tenido contacto sexual con ningún hombre o mujer. Asimismo, conviene que sepan que, a veces, la virginidad puede ser voluntaria durante toda la vida por razones de vocación religiosa: hay hombres y mujeres que deciden no tener ninguna relación sexual para dedicar su tiempo y su energía íntegramente a Dios.






Pautas para tener en cuenta en la educación sexual

Con explicarle al niño los aspectos relativos al sexo, no queda todo resuelto. La formación propiamente sexual es una parte de la educación integral y una de las tareas más urgentes que ha de resolver el adolescente en su marcha hacia la madurez, es el aprendizaje del amor. Si no se engloba dentro de la educación afectiva y moral -que ha de continuar durante toda la adolescencia y juventud- no se puede hablar de una educación sexual propiamente dicha, sino de una mera instrucción biológica.




¿Cómo? ¿Cuando? ¿Dónde?

La educación para el amor, mejor que educación sexual, se debe realizar siempre en la familia, ya que en ésta se producen de forma natural los momentos espontáneos de intimidad y confidencia.

  • Son los padres quienes deben compartir esta responsabilidad, pues ellos conocen mejor a sus hijos y proporcionan el ingrediente de amor necesario.
  • Presentar el sexo como algo bonito, bueno, noble, que Dios ha puesto en el hombre y tiene su importancia. Pero integrarlo en una dimensión humana que hable de amor, ternura, espiritualidad, razón… enseñándoles a distinguir la sexualidad instintiva de los animales, de la de los hombres que tiene un carácter superior.
  • Ir siempre al ritmo que pide el niño, adaptándose a su desarrollo evolutivo. Pero, en los tiempos actuales, más vale adelantarse en algunas ocasiones.
  • No mentirles nunca y responder a todas las preguntas que hagan los hijos, aunque no sean propias de su edad, pero adaptándose a su nivel de comprensión.
  • Ir progresivamente, paso a paso, sin dar saltos. Tampoco es conveniente suscitar inquietudes que no son propias de su edad y que les pueden crear problemas en el futuro. A medida que el niño crece, se ampliará la información.
  • ¿A qué edad? Hacia los 3 ó 4 años suelen preguntar sobre los embarazos y, cuanto más les satisfaga la información que les dan, mejor. Más adelante, a los 8 ó 9 años puede explicarse cómo se produce la procreación. Un buen sistema, que yo empleo es comenzar por el reino vegetal, animal, hasta ascender al ser humano, integrándolo en la inteligencia y la espiritualidad.
  • Los padres deben dar a entender a sus hijos que la unión física se produce porque antes hay una unión de amor. Se puede empezar por explicarles la ilusión que les dio cuando él nació y que es fruto de un acto sexual de amor.
  • En la pubertad es conveniente prepararles para los cambios que su cuerpo y mente van a sufrir antes de que estos se produzcan. A esta edad (antes es indiferente) es preferible que el padre hable con los chicos y la madre con las chicas.
  • Ayudar a preservar en los niños el sentido de pudor que es un instinto natural innato que protege y realza nuestra intimidad y sexualidad. No es recomendable, por tanto, pasearse desnudos por la casa, ni que los pequeños los pesquen en plena intimidad sexual (es bueno en cambio, que vean que los padres se quieren y son tiernos el uno con el otro).
  • Protegerlos del ambiente cargado de permisividad sexual que hoy impera. Hay que ver la televisión con los niños y formarles una actitud crítica.
  • Orientarlos en una línea de respeto y de no quemar etapas. Son muy importantes las amistades, el colegio y las familias con las que se relacionan.

Un padre jamás debe callar ante cualquier pregunta de los hijos. Siempre debe existir una respuesta que se adapte a todos los niveles de comprensión de los pequeños, para que no comiencen a hacer falsas especulaciones con los amiguitos.

Un padre jamás debe callar ante cualquier pregunta de los hijos. Siempre debe existir una respuesta que se adapte a todos los niveles de comprensión de los pequeños, para que no comiencen a hacer falsas especulaciones con los amiguitos.

 



 

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